Declaración de la Comisión de Mediación de la FBE
Mediación y cultura de la paz para salvar vidas humanas
Ya han pasado más de cinco meses desde el inicio de la ofensiva bélica de Rusia sobre Ucrania y su ciudadanía. Fueron y son días de desolación y solidaridad, así como de apoyo por parte de muchos países europeos y de otros continentes. Hoy vemos la peor cara de la invasión: una crisis humanitaria que ha expuesto y expone, una vez más, a situaciones de desamparo y riesgo a numerosos colectivos de la sociedad. Las operaciones militares con estas finalidades, que no atienden al uso de la palabra ni a la de la escucha, desatienden a la población y atentan contra los derechos humanos. Consideramos que la comunidad internacional debe atender esta situación extrema de una forma directa, dotándose de todos los medios e instrumentos posibles para afrontarla.
Conforme a la Carta de Naciones Unidas y en relación al arreglo pacífico de las controversias, las partes en un conflicto cuya continuación sea susceptible de poner en peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales tratarán de buscarle solución, ante todo, mediante la negociación, la investigación, la mediación, la conciliación, el arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a organismos o acuerdos regionales u otros medios pacíficos de su elección. El objetivo de mantener y desarrollar un espacio de libertad, seguridad y justicia y el principio de acceso a la justicia, se hallan asimismo recogidos en la Directiva europea 2008/52 CE, sobre mediación en asuntos civiles y mercantiles, con un carácter fundamental.
Fomentar la cultura de la paz y la creación de espacios para el diálogo frente a los conflictos resulta primordial. Desde la Comisión de Mediación de la FBE, consideramos imprescindible instar a los representantes de la abogacía y de los ADR, así como a todos los juristas y profesionales del Derecho a que promuevan la utilización de los medios de resolución pacífica de conflictos, en especial, en los procesos que afectan a colectivos de personas vulnerables y requeridas de una especial protección y como garantía del efectivo derecho de acceso universal a la justicia.
Decir no a la guerra y a las violaciones del derecho internacional también es decir sí a la mediación y al fomento del diálogo y de la cultura de la paz para salvar vidas humanas.