El decano del ICAB, Jesús M. Sánchez, ha dado la bienvenida a los asistentes al ICAB y ha afirmado que la Corporación, como “Casa de la Ciencia Jurídica”, ha facilitado un espacio para la reflexión sobre los derechos de las personas vulnerables, como son los niños y adolescentes.

Posteriormente, la copresidenta del Observatorio de los Derechos de las Personas del ICAB, Erika Torregrossa, ha presentado el acto y ha destacado el trabajo que se está realizando desde la abogacía para velar y plantear propuestas de mejora para preservar los derechos de la infancia. En este sentido, ha resaltado el informe elaborado por el Consell de l'Advocacia Catalana, dando a conocer los nombres de los autores, entre ellos, Sílvia Giménez-Salinas, abogada, decana emérita del ICAB y copresidenta del Observatorio de los Derechos de las Personas, y Marta Martínez Gellida, decana del Colegio de Abogados y Abogadas de Tortosa; ambas participantes en la mesa redonda celebrada en el ICAB.

Por su parte, Teresa Llorens, secretaria de Infancia, Adolescencia y Juventud de la Generalitat de Cataluña, ha expuesto y contextualizado la situación de la antigua DGAIA y ha manifestado que hace meses se está trabajando en un plan de mejora de la protección a la infancia, que se ha hecho público recientemente, en el que se explica cómo se refundará y reformará la DGAIA, ya que se deben poner los derechos de los niños en el centro y pasar de un sistema de protección basado en la realidad de los años 80 a un plan y una administración capaces de responder y resolver los problemas de urgencia, pero que actúe como un servicio público de calidad y que tenga en el centro lo que necesita el menor, acompañándolo de acuerdo a las necesidades de las familias en la sociedad actual.

A continuación, se ha realizado una mesa redonda en la que han intervenido Sílvia Giménez-Salinas, copresidenta del Observatorio de los Derechos de las Personas del ICAB y coautora del informe del Consell de l'Advocacia Catalana (CICAC); Marta Martínez Gellida, decana del Colegio de Abogados y Abogadas de Tortosa y coautora del informe CICAC; Margarita Ribas Yglesias, vicedecana del Ilustre Colegio de Procuradores de los Tribunales de Barcelona; y Francisco Javier Tabuenca, fiscal delegado de menores y coordinador de la sección de menores de la Fiscalía Provincial de Barcelona.

Giménez-Salinas ha afirmado que el derecho ayuda a proteger a la infancia y ha destacado que los niños y adolescentes deben tener derecho a un abogado para defender sus derechos. También ha declarado que los niños y adolescentes deben estar junto a sus familias y que se deben facilitar recursos para que las familias puedan proporcionarles lo que necesitan, y ha sentenciado: “Separar a los niños de las familias debe ser la última instancia y por eso hay que cambiar la ley para garantizar su defensa y el derecho a través de un procedimiento”. En la misma línea, Marta Martínez Gellida ha resaltado la necesidad de un cambio legislativo para garantizar de forma eficiente el bien superior del menor y que se debe escuchar a los niños.

La visión procesal del procedimiento judicial en el que están implicados los menores la ha dado a conocer Margarita Ribas Yglesias, quien destacó la necesidad de que los niños tengan una vida de calidad y el papel esencial que debe tener la prevención y la educación, además de subrayar la necesidad de que, además de un abogado/a, también puedan tener acceso a un procurador.

En el marco de esta mesa, y con el objetivo de presentar el esquema judicial y posibles repercusiones de cambios legislativos, ha intervenido Francisco Javier Tabuenca, fiscal delegado de menores y coordinador de la sección de menores de la Fiscalía Provincial de Barcelona.

La clausura del acto la ha realizado Esther Giménez-Salinas, síndica de Greuges, quien ha destacado que si es un juez quien tiene que decidir la tutela del menor debe ser especializado en este ámbito. También ha puesto énfasis en que la Administración y las medidas que se deben adoptar para garantizar un sistema que dé una respuesta eficiente y con un tiempo  ágil y rápido, porque un año en la vida de un menor es mucho tiempo.