El acto, cargado de emoción, simbolismo y solemnidad, ha marcado un punto de inflexión en la vida profesional de los nuevos abogados y abogadas, que han iniciado su camino acompañados por sus padrinos, madrinas y familiares.

Esta ha sido una edición especialmente emotiva, ya que ha sido la última imposición de togas presidida por el decano Jesús M. Sánchez, quien ha inaugurado el acto con un discurso lleno de emoción.

"Ha sido un honor, en los últimos años, compartir con cientos de abogados/as este instante mágico en el que la toga se convierte en símbolo de vocación y compromiso. Y créanme, cada ceremonia ha sido única... Pero hoy, quizás, la emoción es más honda, más intensa, más personal", ha afirmado el decano. Y ha recordado  que las nuevas generaciones de abogados/as tendrán a su lado al ICAB, "que no solo representa a los abogados y a las abogadas de la ciudad, sino que también simboliza un ideal de justicia que trasciende fronteras. El Colegio es vuestra casa, la CASA DE LA CIENCIA JURÍDICA".

El decano ha estado acompañado por varios miembros de su Junta de Gobierno, como Montse Pintó, Rosa Peña, Yvonne Pavia, Núria Flaquer y Carmen Valenzuela, así como por el secretario de la Junta de Gobierno, Joaquim de Miquel Sagnier, que, como en todas las sesiones anteriores, ha sido el encargado de leer los nombres de los nuevos togados y de sus padrinos y madrinas.

También han intervenido en el acto Pedro Javier Ariche, teniente fiscal de la Fiscalía Superior de Catalunya, y Mireia Sanromà, en representación del Grupo de la Abogacía Joven (GAJ), quienes han dedicado palabras de aliento y responsabilidad a la nueva generación. Tras la imposición simbólica de la toga, el acto se ha cerrado con el juramento al ordenamiento jurídico y al código deontológico de la profesión. Una velada que ha combinado celebración, tradición y un sentido reconocimiento a la trayectoria del decano.